Nací en 1973, en Cartagena, donde actualmente resido y trabajo. Estudié Enfermería con el único objetivo de ser Matrona, pero como era difícil acceder al EIR, estudié Fisioterapia para entretenerme y me enamoré de la profesión. Fusioné ambas pasiones, la de Matrona y la de Fisioterapia, trabajando de forma autónoma y dedicando toda la atención al Periné Femenino en Salud Sexual y Reproductiva. Mi primera maternidad me traspasó como un huracán y me cambió el cuerpo, la mente y la vida profesional. Me convirtió en madre, en una nueva mujer y, sobre todo, en una activista intensiva. La segunda, que fue una pérdida gestacional, me empujó al lado más oscuro y olvidado de la maternidad: el silencio del duelo. Y la tercera me conectó con el placer inmenso que puede llegar a ser parir. Cada una de ellas, me ha aportado como matrona y fisioterapeuta, una visión más amplia y realista de lo que me enseñaron en la Universidad. Ahora, como activista del placer, dedico mi tiempo profesional a la formación y a mi clínica (Ascensión MatroFisio), aunque trabajé como enfermera durante 10 años en un hospital público, y, como matrona durante 6 años, en paritorio, en primaria y, también un tiempo atendiendo partos en casa. Mi tiempo personal lo dedico al activismo, a estar con mis hijas y mi pareja y a no hacer nada, cuando mi mente me deja.