VUELVE ASESINOS EN SERIO DE BLAS RUIZ GRAU

Blas Ruiz Grau, escritor y apasionado de la investigación criminal, ha continuado recopilando datos e historias que reflejan la realidad de 20 de los peores asesinos de la historia del mundo que mantienen enganchado al lector sin poder levantar la vista del libro.

Mucho se ha hablado de ellos, pero a veces la información que se da es confusa o, directamente, se ha engordado de boca en boca. ¿Cuál es la verdadera biografía de los psicópatas que pasaron a la historia tras cometer verdaderas atrocidades? El alicantino Blas Ruiz Grau, lo cuenta, fiel a su estilo, a su manera cercana e irónica, en su último libro, Asesinos en serio 2. Algunos de estos personajes son muy conocidos, pero seguro que el lector se llevará más de una sorpresa a lo largo de las páginas de este libro.

Lo primero es subrayar la advertencia del autor a los lectores, los que ya le conocen lo saben, pero otros no y por eso afirma que: “los capítulos que te vas a encontrar son serios, esto tiene que ir por delante. Más que nada por respeto a esas víctimas que cayeron a manos de estos sinvergüenzas”.

20 son las historias que incluye el autor en este segundo volumen porque afirma que en el primer Asesinos en serio “quedaron muchos asesinos horribles y crueles fuera y no podía guardar todas esas investigaciones en un cajón. Algunas de las atrocidades que cometieron estos psicópatas son escalofriantes”.

Por ejemplo, el ruso Aleksandr Pichushkin, conocido como el maníaco del martillo o el asesino del ajedrez, que afirmó que: “una vida sin homicidios es para mí como una vida sin alimentos para ustedes”. Fuertes traumatismos en la cabeza provocados con un martillo y una botella de vodka o un palo incrustados eran la particular firma de este asesino que se llevó la vida de 61 personas en 14 años, entre ellos un niño de 9 años. En su casa encontraron un tablero de ajedrez que tenía un número pegado encima de cada una de las casillas y tres de ellas estaban sin señalar ya que esas eran las muertes que le faltaban para completar su macabro plan, de ahí el sobrenombre con el que se le conoce hoy en día.


 
Se pregunta Blas si Pedro Alonso López, más conocido como el monstruo de los Andes, es el mayor asesino en serie de la historia. El autor explica que es imposible contestar a esta pregunta, pero si es cierto que dejó un rastro de muertes que lo convierten en uno de los asesinos más prolíficos de la historia. Su modus era violar y estrangular a mujeres sin dejar de mirarlas a los ojos, así obtenía placer sexual mediante la agónica muerte de sus víctimas. 

El asesino en serie santanderino, José Antonio Rodríguez Vega, conocido como el Mataviejas, es, sin duda, una de las historias que más ha impresionado al autor. Las víctimas eran todas ancianas. Los crímenes fueron cometidos en el trascurso de un año, de 1987 a 1988. Observaba a las mujeres, se ganaba su confianza, las violaba salvajemente y después las asfixiaba. En el juicio confesó que estas atrocidades las cometía movido por el odio que sentía hacia su madre y su suegra. Finalmente murió en la cárcel asesinado por otros reclusos en 2002 que le asestaron 113 puñaladas. 



En el libro de Blas también hay mujeres que fueron auténticas asesinas en serie como la estadounidense Nannie Doos, la abuelita risueña, que mató entre 1920 y 1954 con arsénico a su último marido, Samuel Doss, a sus anteriores cuatro maridos, a dos de sus hijas, a su madre, a dos de sus nietos y a su suegra. En este caso, como en el de Dorothea Puente y otros tantos que ha investigado Blas, se da cuenta que a las mujeres asesinas la motivación principal es la económica a través de la estafa, mientras que en el caso de los hombres tiene mucho más peso el sexual. Lo cierto es que hay más hombres que mujeres en este libro y es que según un estudio de 2014 que lanzó la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito estableció que el porcentaje de hombres asesinos ascendía al 95% del total frente al de mujeres. 

Albert DeSalvo, conocido como el estrangulador de Boston; el asesino del barranco; Joaquín Ferrándiz Ventura; Thug Behram; o Samuel Little son muchos otros de los nombres de los peores psicópatas que completan las páginas de este libro.

Una muy completa recopilación de biografías de gente muy mala que hizo cosas terribles. Las motivaciones de estos criminales son muy variopintas y sus ganas de matar obedecen a una infancia complicada, un ego desmedido, pulsiones sexuales y sentimiento de poder y control. Pero, cuidado, advierte Blas “el psicópata criminal, el sangriento, es solo una pequeña parte de un mundo que esconde mucho más” y también hay otros psicópatas que no matan pero que hacen un gran daño como “el compañero de trabajo al que no le importa pisarte o el político mentiroso”, explica el escritor. El psicópata integrado es un “camaleón capaz de camuflarse en el entorno de tal modo que sea invisible a nuestros ojos, pero que sin duda ahí está. Y es un maestro de la mentira. Miente de forma patológica y de un modo tan convincente que ni lo notarás”, afirma.

Si te apetece empezar a leer hazlo aquí y ahora.

 

“Ahora sí, pasa y disfruta.
Aunque si disfrutas me temo que tienes que hacértelo mirar”

 

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