5 CLAVES PARA AYUDAR A ALGUIEN QUE ESTÁ PASANDO POR UN TRASTORNO DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA (TCA)

Hay muchas preguntas frecuentes respecto a los TCA (Trastornos de la Conducta Alimentaria), pero ¿hay algo que puedan hacer familia y amigos? ¿y desde el ámbito escolar o los compañeros de trabajo? Hoy te contamos 5 tips (y un bonus) para poder ayudar a alguien que está pasando por ello.

Conchi Fernández, nutricionista especializada en TCA, es la autora del libro Sobrevivir a mí, vivir conmigo. Entender y sanar un TCA, en el que combina la ciencia más actualizada para comprender estos trastornos con la experiencia propia, dejando atrás uno de más de 8 años y muchos, muchos sentimientos, mantras y metáforas. Conchi pasa consulta y divulga a través de midietaesmia.com y su Instagram. Hoy, con motivo del Día Mundial de Acción por los TCA la autora nos deja en nuestro blog las claves para convertirnos en aliados de la recuperación.

¡Aquí las tienes!

1) Recomiéndale a esa persona buscar ayuda en un profesional especializado.
Son trastornos complejos y la mejor ayuda y guía hacia la recuperación siempre será la que brinde un profesional especializado en el tema. Aunque lo ideal es un equipo interdisciplinar, podéis acudir primero a un nutricionista (asegurándonos de que tiene formación en TCA), psicólogo o psiquiatra que al valorar el caso haga ya las derivaciones pertinentes según lo más prioritario.

2) No dejes de ser su amigo/padre/hermano/profesor/tío…
Si esa persona cuenta ya con un equipo de tratamiento, lo que necesita de ti es… ¡que sigas siendo tú! Los TCA roban a la persona toda conexión con el mundo, todo gira en su cabeza en torno a la comida, el cuerpo, el deporte… No dejar que el TCA acapare también vuestra relación es una forma de ayudarle a conservar “un ancla de realidad”. Cosas como seguir haciendo cosas que hacíais juntos si son compatibles con la recuperación, seguir hablando (aunque a veces sientas que no tiene interés), no convertir vuestro vínculo en cuidador-cuidado (en lugar de amigos, hermanos o padre-hijo), son algunos de los puntos a tener en cuenta.

3) No te obceques en entender, pero no dejes de escuchar.
Son trastornos en los que la malnutrición altera el funcionamiento y estructura del cerebro. “La lógica de la enfermedad” puede parecer un sinsentido para un cerebro sano, mientras que la lógica de un cerebro sano es incomprensible para uno enfermo. Puedes estar dispuesto a escuchar y aunque no entiendas, puedes validar lo que el otro siente sabiendo que es desproporcionado a la situación: “me cuesta imaginar cómo te sientes, a mí no me pasa, pero estoy aquí para acompañarte”.

4) ¡Pregúntale a él o ella!

Hay tantos TCAs y tantas formas de ayuda como personas, preguntarle cómo puedes apoyarla en su proceso es en sí una buena estrategia. En ocasiones puede ayudar que le acompañes en una comida, que le recuerdes cómo mantenerse en el camino de la recuperación, otras veces que habléis o hagáis cosas que nada tengan que ver con la comida; que la escuches o que le hables mucho.

¿Y si la persona aún no nos ha hablado de su problema, pero sospechamos que lo está teniendo?
Cada vez es más común que tengamos una mala relación con la comida (que puede llegar a cumplir o no criterios diagnósticos para ser un TCA, pero que igualmente merece ser atendida al estar causando daños y pérdida de calidad de vida) en la sociedad en la que vivimos, llena de presiones estéticas y de divulgación e información sobre alimentación y salud… De hecho, es altamente probable que alguien de tu entorno esté sufriendo.

El último tip lo hemos dejado para el caso de sospechar sin que nos lo hayan confirmado:

5) No abordar con acusaciones o diagnósticos basados en nuestras sospechas.
Es imprescindible entender que son trastornos que suelen manifestarse con una primera fase de negación (porque la persona los percibe incluso como beneficiosos en un inicio) o de ocultamiento (por la vergüenza y estigma que los rodea). Por ello, preguntar directamente o recomendar buscar ayuda suele resultar en lo opuesto a lo que pretendemos: la persona se aleja de nosotros y se encierra más en la enfermedad. Lo mejor es preguntar de forma más indirecta y hacer saber que estamos ahí dispuestos a escuchar: “¿Todo bien? Te veo más distante/ansios@/inquiet@... últimamente, sabes que puedes contarme lo que quieras”.

Ya tienes las claves esenciales para actuar sobre los TCA, si quieres saber más, nuestro bonus tip es que leas el libro Sobrevivir a mí, vivir conmigo, para poder entender un poco mejor tanto lo que ocurre en la enfermedad como en la recuperación. Puedes empezar a leerlo gratis aquí

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